No muchas veces solemos escuchar casos milagrosos de personas con EMSP, que pudieron dejar la silla de ruedas y retomar con una vida normal. Pero el caso que hoy les voy a contar tiene fundamentos científicos, que ha dado muy buenos resultados.
La Dra. Terry Wahls, médica norteamericana dedicada a la investigación sobre cáncer, hace ocho años fue diagnosticada con EMSP. Nunca tuvo un brote, sin embargo la enfermedad sin prisa pero sin pausa avanzó, hasta dejarla totalmente inválida. Durante algunos años optó por los tratamientos convencionales, como el Copaxone y Novantrone. Sin obtener ningún resultado positivo.
Fue así que decidió investigar por su cuenta y descubrió que era muy común el fallo de la mitocondria (la central energética de cada célula) en casos como el suyo. La mitocondria es la que convierte los alimentos en ATP (adenosín trifosfato), molécula que almacena energía. Este es usado por las células cerebrales, la mielina y las moléculas neurotransmisoras. Buscó los micronutrientes más importantes para la salud cerebral y así mejorar el funcionamiento de la mitocondria. Esos nutrientes incluyen B1, B2, B3, B12, coenzima Q10, ácido alfalipóico, omega 3, magnesio, sulfuro orgánico, carnitina, taurina y creatina.
Comenzó tomando todos estos complementos juntos, más antioxidantes como el resverastrol, leche thistle, y algunos verdes instantáneos. Y elaboró una dieta de frutas y verduras basándose en los nutrientes mencionados. Entre ellos eligió: col, repollo, espinaca, acelga, hojas de mostaza, cebolla, puerros, ajo, brócoli y variedades de frutas las que pone en énfasis a los berries (frambuesa, mora, frutilla, etc).
En su dieta se deben comer 9 porciones diarias, 3 de hojas muy verdes, 3 multicolor y 3 variadas. También recomienda el uso de levadura nutricional, germen de trigo, aceite de pescado y comer dos veces por semana pescado y una carne orgánica. Las semillas de sésamo, zapallo y almendras son muy beneficiosas también.
Un segundo factor muy importante, además del ejercicio diario es la electroestimulación, que no en todos los casos resulta. Sin embargo, insiste en que la actividad física es fundamental ya sea por uno u otro medio. Ella dice que la clave para la reducción de la fatiga es lograr que la mitocondria produzca un máximo de energía de la glucosa. Los ejercicios protegen a las neuronas y disminuye los radicales libres que las destruyen. Del mismo modo que el uso de antioxidantes y los alimentos que los contengan, también facilitan la disminución de los radicales libres.
Un dato importante que ella recalca es mantener los niveles de insulina estables, ya que las subidas rápidas de la misma producen inflamación.
1º Pilar:
Micronutrientes que contengan complejo B, CoQ10 como la espinaca, brócoli, acelga, repollo verde y colorado, hojas de mostaza, puerros, cebolla, ajo, hongos, zanahoria y suplementos vitamínicos.
La Dra. Terry Wahls, médica norteamericana dedicada a la investigación sobre cáncer, hace ocho años fue diagnosticada con EMSP. Nunca tuvo un brote, sin embargo la enfermedad sin prisa pero sin pausa avanzó, hasta dejarla totalmente inválida. Durante algunos años optó por los tratamientos convencionales, como el Copaxone y Novantrone. Sin obtener ningún resultado positivo.
Fue así que decidió investigar por su cuenta y descubrió que era muy común el fallo de la mitocondria (la central energética de cada célula) en casos como el suyo. La mitocondria es la que convierte los alimentos en ATP (adenosín trifosfato), molécula que almacena energía. Este es usado por las células cerebrales, la mielina y las moléculas neurotransmisoras. Buscó los micronutrientes más importantes para la salud cerebral y así mejorar el funcionamiento de la mitocondria. Esos nutrientes incluyen B1, B2, B3, B12, coenzima Q10, ácido alfalipóico, omega 3, magnesio, sulfuro orgánico, carnitina, taurina y creatina.
Comenzó tomando todos estos complementos juntos, más antioxidantes como el resverastrol, leche thistle, y algunos verdes instantáneos. Y elaboró una dieta de frutas y verduras basándose en los nutrientes mencionados. Entre ellos eligió: col, repollo, espinaca, acelga, hojas de mostaza, cebolla, puerros, ajo, brócoli y variedades de frutas las que pone en énfasis a los berries (frambuesa, mora, frutilla, etc).
En su dieta se deben comer 9 porciones diarias, 3 de hojas muy verdes, 3 multicolor y 3 variadas. También recomienda el uso de levadura nutricional, germen de trigo, aceite de pescado y comer dos veces por semana pescado y una carne orgánica. Las semillas de sésamo, zapallo y almendras son muy beneficiosas también.
Un segundo factor muy importante, además del ejercicio diario es la electroestimulación, que no en todos los casos resulta. Sin embargo, insiste en que la actividad física es fundamental ya sea por uno u otro medio. Ella dice que la clave para la reducción de la fatiga es lograr que la mitocondria produzca un máximo de energía de la glucosa. Los ejercicios protegen a las neuronas y disminuye los radicales libres que las destruyen. Del mismo modo que el uso de antioxidantes y los alimentos que los contengan, también facilitan la disminución de los radicales libres.
Un dato importante que ella recalca es mantener los niveles de insulina estables, ya que las subidas rápidas de la misma producen inflamación.
1º Pilar:
Micronutrientes que contengan complejo B, CoQ10 como la espinaca, brócoli, acelga, repollo verde y colorado, hojas de mostaza, puerros, cebolla, ajo, hongos, zanahoria y suplementos vitamínicos.
2º Pilar:
Antioxidantes, frutas y hortalizas de distintos colores como la zanahoria, frutillas, frambuesa, mora, uvas y zarzamora.
Antioxidantes, frutas y hortalizas de distintos colores como la zanahoria, frutillas, frambuesa, mora, uvas y zarzamora.
3º Pilar:
Ejercicios y electroestimulación, actividad física diaria.
La Dra. Terry Wahls después de 9 meses de haber ingerido 9 porciones diarias más complementos vitamínicos y antioxidantes, mas la electroestimulación y el ejercicio cotidiano, logró reactivar el funcionamiento de sus mitocondrias. Después del tercer mes de tratamiento, cada una de las partes de su cuerpo afectadas, comenzaron a funcionar bien. Al punto que al noveno mes, no solo pudo volver a caminar, sino que participó en una carrera de bicicletas. Todo esto ocurrió en el 2008 y actualmente la Dra. Wahls continúa con su tratamiento nutricional, con algunos complementos en especial B y CoQ10 y actividad diaria. Y ha comprobado que si descuida la alimentación, se recrudecen algunos síntomas.
Esta ha sido una primera entrega de un tratamiento que dio muy buenos resultados. Sin embargo, necesita de mucha dedicación y continuidad. Ya que las primeras manifestaciones importantes se dejan ver después de tres meses de haberlo efectuado. Aunque de inmediato se suelen notar modificaciones en los músculos, como por ejemplo mejorías en la espasticidad.
Se debe ser muy cauteloso, ya que es bastante difícil cambiarle al cuerpo la rutina alimentaria. Lo ideal es ir incorporando lentamente todo este gran cambio y toda esta gran cantidad de verduras.
Siento y creo que es una buena oportunidad para intentarlo y hacer algo por nosotros mismos. No es mi intención crear falsas expectativas, como la misma Dra. Wahls lo dice, cada cuerpo es distinto y cada uno vive la enfermedad de otra manera.
En este blog seguiré comentando novedades al respecto como también incluyendo diferentes combinaciones alimentarias para facilitarles este proceso de cambio.
Las personas que piensen llevarlo adelante, pueden mandarme su experiencia para compartirla con otros.
Es mi deseo que ojalá sea en hora buena para muchos.
Ejercicios y electroestimulación, actividad física diaria.
La Dra. Terry Wahls después de 9 meses de haber ingerido 9 porciones diarias más complementos vitamínicos y antioxidantes, mas la electroestimulación y el ejercicio cotidiano, logró reactivar el funcionamiento de sus mitocondrias. Después del tercer mes de tratamiento, cada una de las partes de su cuerpo afectadas, comenzaron a funcionar bien. Al punto que al noveno mes, no solo pudo volver a caminar, sino que participó en una carrera de bicicletas. Todo esto ocurrió en el 2008 y actualmente la Dra. Wahls continúa con su tratamiento nutricional, con algunos complementos en especial B y CoQ10 y actividad diaria. Y ha comprobado que si descuida la alimentación, se recrudecen algunos síntomas.
Esta ha sido una primera entrega de un tratamiento que dio muy buenos resultados. Sin embargo, necesita de mucha dedicación y continuidad. Ya que las primeras manifestaciones importantes se dejan ver después de tres meses de haberlo efectuado. Aunque de inmediato se suelen notar modificaciones en los músculos, como por ejemplo mejorías en la espasticidad.
Se debe ser muy cauteloso, ya que es bastante difícil cambiarle al cuerpo la rutina alimentaria. Lo ideal es ir incorporando lentamente todo este gran cambio y toda esta gran cantidad de verduras.
Siento y creo que es una buena oportunidad para intentarlo y hacer algo por nosotros mismos. No es mi intención crear falsas expectativas, como la misma Dra. Wahls lo dice, cada cuerpo es distinto y cada uno vive la enfermedad de otra manera.
En este blog seguiré comentando novedades al respecto como también incluyendo diferentes combinaciones alimentarias para facilitarles este proceso de cambio.
Las personas que piensen llevarlo adelante, pueden mandarme su experiencia para compartirla con otros.
Es mi deseo que ojalá sea en hora buena para muchos.
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